Expedition Chile
By Waldo Andrés Aguayo Riquelme. Waldo took our first Advanced Expedition Planning and Paddling Course May 2022. Read his article, “Chilean Packrafter Hones Skills During Advanced Course.” And, check out photos of the Advanced Course by Andrew Burr on our Facebook page.
Prologue: A Chilean Packraft Expedition
In September 2022, Andres Moro contacted me. Summer 2021 he attempted a packraft expedition to Puerto Natales. But he failed due to bad weather. However, while there he met Cristian Aguila, a great friend and great skipper of motorboats. Cristian shared my contact information with Andres.
It took almost a year for Andres to plan another Chilean expedition in the Aysen region. This time, he invited me to be a part of it. How could I refuse a Chilean expedition?! The destination was the San Quintín, the largest glacier in the Northern Ice Field.
After several years working as a guide in Laguna San Rafael and the national park, the San Quintín glacier was on my list of pending trips (which is quite extensive!). So Andrés Mora, Jorge Diaz and I embarked for eight days on one of the most beautiful and wildly scenic Chilean Patagonia adventures I could imagine.
Expedition
Andres and Jorge met me on, October 31st in the town of Puerto Rio Tranquilo. There, we planned the final details of our Chilean expedition. We would begin the next day!
Our trip started by vehicle from town to Exploradores Bay. There we boarded one of the boats that runs tours to Laguna San Rafael, via the company, Destino Patagonia. Around noon, my friends Eduardo Carrillo and Alvaro Martinez, the boat crew, left us on the beach.
We camped right there in order to be able to start early the next day. On day one, November 2, we crossed of the Isthmus of Ofqui. Traveling about 28 km over 12 hours, we then walked for two hours from Laguna San Rafael. We hiked across the track left by the works of the Ofqui Canal, a project of the state railroads in the early 40s. Finally we paddled the Black River, aka. the San Tadeo River.
Golfo de San Esteban
On the other side, we arrived at the beach of Golfo de San Esteban. Part of the famous Golfo de Penas, this beautiful white sand beach overlooks the sea and the Northern Ice Field. We could already see the San Quintín Glacier. And in kind of trance because of the beauty, we advanced steadily to reach the coveted destination of the expedition.
The team and I camped at the mouth of the Nevados River. Then we paddled up eight kilometers of river to reach the pro-glacier lake on the main face of the San Quintín.
We lucked out with the river’s water levels. They can vary greatly depending on rainfall and melting of the icebergs coming from the glacier. However, it only took us six hours to reach the lake pro glacier. The number of icebergs impressed us.
Unreal Icebergs!
Our next five kilometers, we paddled between the icebergs, and ended up at one of the most unreal camps I have ever been to. After three days of perfect weather conditions, we enjoyed yet another beautiful sunset. There, we contemplated the icebergs and the main wall of the glacier.
We celebrated our arrival to this extraordinary spot. We landed where we longed to be, but we were not even in the middle of the expedition. On November 5 we paddled five kilometers more between icebergs, to make a crossing of almost four kilometers to another pro-glacier lake, where two arms of the San Quintín fall.
We trapped ourselves while traveling over difficult terrain the first 200 meters. It took us four hours to find our way to our destination, a small lake where these glaciers fell. It was a very hard day. But the remoteness of the area, white-sand beaches and evergreen forest, along with the view of the Northern Ice Field, was the reward for our hard work.
The Descent of the Blanco
We knew that one of the difficult sections would be the crossing that we made on November 6. and the descent of the Blanco River that we would make today. Prior to the expedition I had a call with my friend Isaí Madriz, entomologist and explorer. Isaí had done a route similar to ours and helped me to identify the most dangerous points of the expedition. The Blanco River topped the list.
Knowing this we started the descent of the river, which in Google Earth and on other maps is called the Cajas River. Parts seemed quite normal. Unfortunately, other parts were obstructed by dead trees and logs. We were forced to portage numerous sections to prioritize the safety of the group.
One of the most dangerous points was in the river delta, where a bad choice of route could be extremely dangerous for us.
We felt relieved to arrive to the much safer confluence with the San Tadeo River. And we had just one day left to reach Laguna San Rafael after that. Thus, we already felt (or maybe I speak more for myself) at home.
That next day we walked through peat bogs before arricing to San Rafael. There, on November 8, a boat would pick us up and take us back to Exploradores and then home to Puerto Rio Tranquilo.
Thanks!
First I would like to thank Andres and Jorge for inviting me to be part of their expedition without knowing us in person, for the motivating conversations about books and expeditions in Patagonia. I also want to thank all the people who have been involved in teaching me and sharing their knowledge. I had to apply everything I have learned over the years in eight days.
As always, I want to thank my family and friends for their kind vibes before and after the expedition, the brands that have supported me, Level Six, Patagonia Raft and Coffee Jam. And to finish by thanking Patagonia itself, which on this occasion gave us wonderful conditions to achieve this expedition.
Artículo en español
Prologo
En septiembre de este año, antes de partir mi viaje a Puerto Natales. Me contactó Andrés Mora, quien el año pasado había intentado una expedición en packraft en la zona, pero el clima no fue tan amigable y reboto en su intento. Ahí conoce a Cristian Águila, un gran amigo y gran patrón de embarcaciones a motor, le termina compartiendo mi contacto.
Paso casi un año para que Andrés planificara otra expedición en la región de Aysén. Esta vez, invitándome a ser parte de ella. ¿Cómo podía rechazar esta invitación? El destino era el Glaciar más grande de Campo de Hielo Norte, el “San Quintín”.
Luego de varios años trabajando cómo guía en Laguna San Rafael y el parque nacional, el glaciar San Quintín estaba en mi lista de salidas pendientes, la cual es bastante extensa jaja. Así fue que junto a Andrés Mora y Jorge Diaz, nos embarcamos por ocho días en uno de los escenarios más hermosos y salvajes que puede brindar la Patagonia Chilena.
Expedición Chilena
Andrés y Jorge llegaron el 31 de octubre a la Localidad de Puerto Río Tranquilo, ese día nos conocimos en persona y terminamos de ver los últimos detalles de la expedición que comenzaba al día siguiente.
Empezamos el viaje en vehículo desde el pueblo a Bahía Exploradores, ahí nos embarcamos en una de las lanchas que realizan tour a Laguna San Rafael, la empresa en esta ocasión fue “Destino Patagonia”.
Cerca del mediodía, mis amigos Eduardo Carrillo y Álvaro Martínez, la tripulación de la Lancha, nos dejan en la playa. Ellos siguen su tour y nosotros ya a pie de vía para comenzar lo que serían ocho días de largas remadas y caminatas.
Istmo de Ofqui
Acampamos ahí mismo, para empezar bien temprano al siguiente día el cruce completo del “Istmo de Ofqui”. El 2 de noviembre realizamos cerca de 28 km fue una jornada de 12 horas.
Dos horas caminando desde Laguna San Rafael, a través de la huella que quedo de los trabajos del Canal del Ofqui, un proyecto de ferrocarriles del Estado a principios de la década del 40. Luego remamos el río negro, que luego recibe el nombre de Río San Tadeo. Fueron cerca de 26 km de remada, equivalente a cerca de 10 horas de remado. Linda jornada para comenzar la expedición.
Golfo de San Esteban
Al otro lado, llegamos a la playa del Golfo de San Esteban, que es parte del famoso Golfo de Penas, ahí caminamos al día siguiente por esta paradisiaca playa de arenas blancas, con vista al mar y al Campo de Hielo Norte. El Glaciar San Quintín ya se dejaba ver y en una especie de trance, avanzábamos a paso firme para llegar al destino codiciado de la expedición.
Acampamos en la desembocadura del río Nevados, teníamos que remontar 8 km de río para llegar al Lago pro glaciar de la cara principal del San Quintín.
Tuvimos mucha suerte con el nivel de agua que traía el río, este puede variar mucho dependiendo las precipitaciones y el Deshielo de los Témpanos que vienen del glaciar. En una jornada de seis horas, logramos llegar al lago pro glaciar.
La cantidad de témpanos era impresionante, remamos cinco kilómetros más entre los témpanos, para encontrar uno de los campamentos más irreales de los que he estado. Ya llevábamos tres días de condiciones climáticas perfectas, atardeceres hermosos y ya contemplando los témpanos y la pared principal del glaciar.
El 5 de noviembre
La llegada acá era para no creer, ya estábamos donde anhelábamos llegar, pero ni siquiera estábamos en la mitad de la expedición. El 5 de noviembre remamos 5 km más entre témpanos, para realizar un cruce de casi 4 km a otro lago pro glaciar, donde caen dos “brazos” del San Quintín.
Los primeros 200 metros de caminatas por la tupición del monte, nos atrapo unas cuatro horas, se veía bastante duro el panorama, pero encontramos un mejor tramo para realizar el par de kilómetros que restaban en un par de horas. Llegando ese mismo día al pequeño Lago donde caían estos glaciares. Fue una jornada durísima, donde la recompensa fue indescriptible.
Estábamos en uno de los puntos más remotos de la expedición, en un sector muy poco visitado por el hombre, en unas pequeñas playas de arenas blancas, rodeadas de bosque siempre verde y con una vista a Campo de Hielo Norte.
El 6 de noviembre
Sabíamos que uno de los tramos difíciles serían el cruce que realizamos ayer y el descenso del río Blanco que haríamos hoy. Previo a la expedición tuve una llamada con mi amigo Isaí Madriz, Entomólogo y explorador. Isaí realizo una ruta similar a la nuestra y me ayudo a identificar los puntos más peligrosos de la expedición. El río Blanco, encabezaba la lista.
Sabiendo esto empezamos el descenso del río, que en Google Earth y otros mapas aparece como río “Cajas”. Tiene tramos bastante normales a otros ríos, pero con unas secciones del río en particular, donde la “tupición” de troncos fue intensa, al punto de portear un tramo, para priorizar la seguridad del grupo. Uno de los puntos más peligrosos es en el delta del río, donde una mala elección de ruta, puede llevarte a un lugar donde de seguro no te gustaría terminar con tu packraft.
La llegada a la confluencia con el río San Tadeo, fue aliviadora. El punto más peligroso de la expedición ya lo habíamos pasado y en esa confluencia, faltando un día de expedición para llegara Laguna San Rafael, ya nos sentíamos (o quizás hablo más por mí jaja) en casa.
Así fue que, al día siguiente, remontando el río y caminando por la turba, llegamos a San Rafael, donde el 8 de noviembre nos pasarían a buscar en la lancha que nos llevaría de vuelta a Exploradores y luego a casa en Puerto Río Tranquilo.
Agradecimietos
Primero me gustaría agradecer a Andrés y Jorge, por sin conocernos en persona, me invitaron a formar parte de su expedición, por las motivantes conversación de libros y expediciones en Patagonia. Quiero agradecer a todas las personas que se han visto involucradas en enseñarme y compartirme sus conocimientos. Tuve que aplicar todo lo aprendido estos años en ocho días.
Cómo siempre agradecer a mi familia y amigos por sus lindas vibras antes y después de la expedición, a las marcas que me han apoyado, Level Six, Patagonia Raft y Coffee Jam. Y terminar agradeciendo a la misma Patagonia, que en esta ocasión nos brindo unas condiciones maravillosas para lograr esta expedición.